En este artículo voy a hablar de algunos de los errores más comunes a la hora de aplicar la ecualización.
1. No escuchar
“Con determinadas técnicas, siempre vas a encontrar armónicos que quitar […] y no necesariamente porque sea un armónico que esté molestando originalmente.”
Parece una locura. ¿Cómo vas a ecualizar sin escuchar? Créeme que se puede y créeme que tú también has cometido este error. Yo ciertamente lo cometí cuando empezaba en la producción musical.
Seguramente en más de una ocasión has abierto una nueva pista en tu mezcla y lo primero que has hecho ha sido cargarle un ecualizador y empezar a buscar armónicos que le sobraban. Eso es ecualizar sin escuchar. Y lo peor es que con determinadas técnicas, siempre vas a encontrar armónicos que quitar, principalmente porque no vas a hacer otra cosa que excitar la frecuencia donde esté la nota que justamente el instrumento está tocando en ese momento… y no necesariamente porque sea un armónico que esté molestando originalmente. Primero escucha y a partir de ahí, toma decisiones sobre qué le sobra o qué le falta a ese sonido. Lo que nos lleva al siguiente error:
2. No tener un sonido final en mente
Cuando empezamos en producción musical, e incluso para muchas personas cuando ya llevan un buen tiempo, se hace bastante complicado saber cómo se supone que tiene que sonar un instrumento.
¿Tiene este bajo suficiente cantidad de graves o le hace falta más?
Y, si le hace falta más, ¿tengo que trabajar más bien hacia los 60Hz o en la octava superior, en torno a 120Hz?
La experiencia nos va a dar la perspectiva que hace falta para tener claro el sonido que queremos, pero algo que es fundamental para entrenar nuestro oído y poder orientarnos mejor es el uso de referencias, lo que nos lleva al siguiente fallo más habitual:
3. No utilizar referencias
Mi teoría es que […] se han dado cuenta de que estaban a años luz de que la calidad de la producción y del sonido llegara a unos mínimos ni siquiera comparables, y han decidido disfrazar su fracaso de un cierto halo de superioridad, de originalidad, de “nadie me entiende”…
Sería ya rico probablemente si me dieran un dólar por cada estudiante que me ha dicho algo similar a:
“Yo no utilizo referencias porque no quiero limitar mi creatividad y además mi estilo es demasiado único como para utilizar referencias de otros artistas… bla bla bla”
Mira, odio ser el primero que te da la noticia, pero ni tu música es tan única ni tu creatividad tan espectacular como para que por ti mismo vayas a redescubrir y reinventar técnicas de mezcla nunca vistas ni experimentadas… Casualmente además, en el 99% de los casos, estos estudiantes suelen ser los que peores proyectos presentan.
Mi teoría es que estos alumnos han tratado de comparar sus proyectos con referencias y se han dado cuenta de que estaban a años luz de que la calidad de la producción y del sonido llegara a unos mínimos ni siquiera comparables, y han decidido disfrazar su fracaso de un cierto halo de superioridad, de originalidad, de “nadie me entiende”… Entraré en artículos y vídeos futuros sobre la importancia de utilizar referencias y de utilizarlas correctamente, porque utilizar referencias no implica copiar lo que está haciendo la otra producción o la otra mezcla, sino tener un punto de referencia que sabemos que está bien balanceado en volúmenes y frecuencias, que hace un uso de los efectos que nos parece adecuado, etc… y que nos va a permitir inmediatamente identificar cómo de lejos de esos parámetros está nuestra mezcla. Ojo, a veces podemos ver que estamos lejos de esos parámetros porque por ejemplo nuestra mezcla tiene muchísimo más rango medio-agudo que la original y sin embargo terminar por dejarlo así porque es una decisión artística consciente. Eso es perfectamente válido, pero ya tendremos un punto de referencia y habremos tomado una decisión consciente.
Como un profesor mío solía decir: Si lo que estás buscando es ese sonido de mierda… entonces no hay problema.
4. Utilizar Presets
Cuántas veces te habrá ocurrido algo así…
-Veamos qué presets tiene este ecualizador para ecualizar mi guitarra acústica.
-Oh, suena mucho más brillante y por algún motivo, unos 5dB por encima de lo que sonaba antes de usar este ecualizador.
-¡FANTÁSTICO!
La pregunta es: ¿qué sabrá ese preset de cómo suena originalmente tu guitarra? ¿Y por qué para convencerte de que suena mejor, tienen generalmente que darle una ganancia bastante considerable respecto a la señal original?
Te voy a reconocer que en ocasiones puede ser interesante utilizar presets, sobre todo cuando estamos aprendiendo. Es cierto que la mayor parte de las veces, estos presets atacan los problemas o las carencias más habituales que nos encontramos en señales que hemos grabado sin procesar. Además, si los utilizamos como vía de aprendizaje y los analizamos críticamente, escuchando el antes y el después de aplicar la ecualización a un cierto rango de frecuencias, podemos aprender bastante. Pero también pueden venir bastantes problemas del uso de presets:
El principal problema es que pongamos un preset y no pensemos más allá.
Quizá hemos mejorado pero quizá todavía estemos lejos de conseguir el mejor sonido posible para esa pista. Quizá de hecho ni siquiera hayamos mejorado y simplemente el hecho de que la pista ahora tenga más ganancia nos haga creer que hemos mejorado cuando lo único que hemos hecho ha sido subir la ganancia.
Mi recomendación en este sentido:
Utiliza los presets para aprender, analiza críticamente por qué crees que se ha diseñado ese preset así y piensa también en qué casos ese mismo preset podría estar haciendo tu sonido peor.
Un ejemplo claro es con el uso de instrumentos sampleados, que generalmente ya han sido procesados no solo en ecualización sino también en cuanto a compresión, y al pasarlos por un preset que piensa que los sonidos vienen sin procesar, lo que hacen es volverle a aplicar por partida doble la ecualización, lo que probablemente no va a ser lo que el sonido necesita.
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Compresión- Los 3 errores más comunes al aplicar compresión.
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5. Fijarte demasiado en la gráfica
En la imagen, el ecualizador Pro Q2 de FabFilter
Cada vez han ido saliendo más ecualizadores que ofrecen una gráfica en tiempo real de cómo se están comportando las frecuencias en una determinada pista.
Yo personalmente no soy demasiado fan de esto, porque encuentro en mi experiencia que cuanto más me fijo en cómo un sonido se representa, menos atención pongo a mi oído. También encuentro que a veces estas gráficas son engañosas, porque puede parecer que una determinada frecuencia es demasiado prominente, cuando lo único que ocurre es que es la frecuencia fundamental de la nota que se está tocando en ese momento y, como es normal, sale más en la gráfica en ese momento. Hay quien le funciona trabajar así y quien además consigue resultados excelentes, así que no es en sí un problema apoyarnos en medios visuales.
El problema es cuando damos toda la importancia a la información que entra por nuestros ojos y dejamos de prestar la atención necesaria a nuestros oídos
6. Pensar que quitar es mejor que añadir
Si has estudiado algún tutorial sobre ecualización, te habrás encontrado con la típica frase de que cuando ecualizamos, es mejor quitar frecuencias que añadir. Se tienden a dar varios argumentos y ninguno es realmente comprobable, ni siquiera el más socorrido que dice que con ecualización substractiva se afecta menos a la fase, lo que en inglés se conoce como “phase shifting”. En el curso “Técnicas de Mezcla” dedico un amplio apartado a hablar de esto en la unidad sobre ecualización, pero por dar aquí la versión resumida:
“Es falso que la ecualización substractiva sea mejor que la aditiva”. Desde luego no como norma.
7. No tener en cuenta el contexto
Te habrá ocurrido en alguna ocasión que pasas un buen rato ecualizando un elemento en solo y después te das cuenta de que está compitiendo en un rango de frecuencias con otro elemento de la mezcla. Aquí la cuestión es quién molesta a quién, o dicho de otra manera, cual de los dos es más importante en el global del proyecto.
Si es por ejemplo una guitarra la que está compitiendo con la voz principal, está claro que es más importante la voz principal, y en ese caso habrá que corregir la ecualización de la guitarra para dejar ese espacio de frecuencias que está reclamando la voz.
De hecho, la mayor parte de las veces estos problemas podrían haberse solucionado en una etapa anterior de la producción. Por ejemplo, si el arreglo musical de esa guitarra que está compitiendo con la voz fuera en una octava superior o inferior, probablemente ya no estaría molestando tanto a la voz. Habrá veces donde ya no haya vuelta atrás y nuestra mejor opción será corregir esta competición con ecualización, pero simplemente quería apuntarte que hay ocasiones donde los problemas los podemos resolver durante la producción, antes de llegar a la mezcla.
Pero qué sería entonces de esos productores que aman la típica frase de: “No te preocupes, esto ya lo arreglamos en la mezcla”…
Hasta aquí esta reflexión sobre los 7 errores más comunes al aplicar ecualización. Esperamos que la hayas encontrado interesante.
En nuestros artículos y vídeos como éste tratamos temas relacionados con producción musical y mezcla.
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